La Diva de la Banda
Jenni Rivera: Segundo trago amargo













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La Opinion
















La cantante habla con tristeza de la ruptura de su matrimonio, pero adopta una actitud positiva sobre su futuro y el de sus hijos

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Isis Sauceda,
  Reportera de Espectáculos

Domingo, 31 de agosto de 2003

 

Por meses, la separación de Jenni Rivera de su esposo, Juan López, fue un secreto a voces. Hace tiempo que no se les ve juntos, a pesar de haber formado una pareja inseparable. Así que, para aclarar las cosas, la llamada Diva de la Banda se sentó con La Opinión y nos abrió su corazón para contar todos los pormenores de la situación.

En efecto, Rivera y López ya no son una pareja.

Juan y yo ya no estamos juntos. Yo no vine a este mundo a sufrir por ninguna razón y si sufro me deshago de ese problema, manifestó la niña mimada de la dinastía Rivera.

Siento que vine a este mundo a ser feliz y a hacer feliz a mis hijos que son las personas por las que vivo, agregó.

En estos momentos, sus cinco retoños son también los responsables de darle la fuerza que necesita para sobrellevar esta difícil situación, donde los pleitos, discusiones, celos y falta de comprensión le ganaron al amor.

López y Rivera se conocieron hace ocho años y fue, según confiesa la cantante, amor a primera vista.

Juan y yo nos conocimos un 25 de febrero de 1995 en El Farallón de Lynwood. Fui a ver a un amigo cantar. Yo no iba a cantar, pero [un cliente] del lugar me pidió que le cantara La Chacalosa. Me subí al escenario y fue cuando Juan se dio cuenta que yo estaba ahí, contó recordando aquel primer encuentro con el que dos años después se convertiría en su esposo.

López, entonces un seguidor de la artista, aprovechó la oportunidad para tomarse una foto con ella, pero eso no fue suficiente para el admirador.

Al término del concierto, éste esperó a Rivera en el estacionamiento para invitarla a cenar, pero ella no aceptó y prefirió simplemente acceder a darle su número de teléfono.

Ese fue el principio de todo.

Jenni y Juan se casaron el 9 de junio de 1997. Tuvieron dos hijos: Jenica y Johnny López, ahora de 5 y 2 años respectivamente, que se unieron a los otros tres retoños de la cantante, de otro matrimonio.

Los hijos trajeron mucha felicidad y más unión a la pareja que con eso siguió confirmándose su amor. Sin embargo, los pleitos entre López y Rivera no cesaban.

La intérprete asegura que los problemas entre ella y su esposo empezaron a los tres meses del noviazgo. Aun así, decidieron continuar juntos hasta firmar el papel que los convirtió en marido y mujer.

Existía una pasión muy grande, algo que no nos podía separar, sostuvo la cantante, afirmando que aún guarda algo de esos sentimientos.

No nos podíamos dejarnos a pesar de los problemas. Nos perdonábamos muchas cosas por el cariño que sentíamos y yo siempre pensé que podríamos mejorar la situación. Luché mucho por mi matrimonio y quería que funcionara, dijo la artista.

Tanto, que hasta sugirió buscar la ayuda de un experto en relaciones matrimoniales, pero no obtuvo éxito. Fue entonces cuando la lucha y las ganas por seguir adelante con el amor de su vida llegaron a su fin. En abril de este año, Rivera se armó de valor y decidió terminar las discusiones y peleas.

Tuve que ser un poco más egoísta; dejar de pensar en todo mundo y pensar en mí, dijo entre lágrimas.

Tenía mucho tiempo discutiendo y peleando. Un día llené los papeles, me fui a la corte y presenté la demanda de divorcio. El [Juan] nunca creyó que loharía, pero yo sabía que no me iba a arrepentir, que lo hacía por mi felicidad. Lo único que quería era empezar a buscar la paz y tranquilidad.

Al principio, el amor que aún sentía y la duda de si deberían o no seguir juntos daban vueltas por su cabeza y su corazón. No obstante, esa duda desapareció cuando la artista recibió de su marido una sorpresa nunca imaginada.

Según la cantante, su ex pareja exige una compensación monetaria y una mensualidad que cubra todos sus gastos.

Estoy acostumbrada a luchar para salir adelante sin quitarle o robarle nada a nadie. Sé qué es la ley y lo respeto, pero no se me hace bien que [Juan] esté pidiendo que lo mantenga.

La cifra monetaria aún esta por determinarse, pero Rivera no está dispuesta a dar mucho.

La Opinión intentó infructuosamente comunicarse con Juan López y su abogado.

No sé cuánto aportaba [Juan al hogar]. Trabajábamos unidos. En la carrera yo lo incluía en todo, pero el motor de todo esto soy yo. Es mi voz, es mi imagen, mi vigencia, mis ideas. Todo es mío. El no tenía un trabajo, me ayudaba en lo que podía, manifestó la cantante, que recientemente se presentó triunfante en concierto en el Anfiteatro Ford de Hollywood.

Rivera admite estar pasando por momentos de tristeza, pero se refugia en sus hijos y en su público para olvidar un poco lo que estoy pasando.

Su familia también ha sido parte importante en este proceso de desintoxicación. Cuando su hermano Lupillo pasaba por su propia separación matrimonial, fue Jenni quien lo escuchó llorar. Ahora es él quien le presta su hombro para desahogarse. Por su parte, su hermano Juan le pide que no desaparezca esa sonrisa tan bonita que tiene y Gustavo sólo se limita a observar y asegurarse que no necesite nada.

Sus padres no dejan de preguntar si existe aún un posible perdón.

Ellos me preguntan si hay manera de arreglar las cosas, pero respetan mi decisión. Saben que voy a salir adelante porque me han visto pasar por muchas cosas que no me han detenido ni me han tumbado.

Justamente en ello está trabajando. Actualmente se encuentra metida en el estudio trabajando en su primer disco en inglés para ganarse el pan de sus cinco hijos, cuyas edades varían entre los 18 y los 2 años.

También, la joven madre de 33 años supervisa todos los detalles de una próxima línea de cosméticos que sacará a la venta llamada Divina by Jenni Rivera. Por si eso fuera poco, pronto establecerá su segunda oficina de bienes raíces, Jenni Rivera & Associates, que ayudará a gente de su comunidad a comprar una propiedad en este país.

Aun con este segundo trago amargo a nivel amoroso, Rivera no le cierra las puertas al amor y sabe que en algún lugar se encuentra el hombre que la merece.

 
















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